jueves, 26 de febrero de 2009

Chateo Com

Tenía el cono afeitado completamente, lo cual me encanta y me pone más caliente todavía, cuando noté que estaba completamente mojada le di la vuelta para quitarle el tanga y vi que Teresa estaba masturbándose viendo la escena. Una vez recuperada la compostura y sentados en la salita, intentaba por todos los medios justificar lo pasado, delante de unos vasos de horchata. Y procedieron a servirse de nosotros follándose mi boca o follándose a mi mujer con mi anuencia y beneplácito, porque además tenía que limpiarlos después de cada servicio, después de follarse a mi novia o que ella los hubiera lamido, mientras me llamaban cornudo. Lo habían hecho frecuentemente en mis anos de actividad, desde que cumplí los 18 hasta los 35 en que me retiré, y él pensaba que tenían nostalgia de los viejos polvos. Hacía ya varios anos que me había trasladado a ese barrio, más que nada para economizar y de esta forma estar relativamente cerca de lo que sin duda se había convertido en una obsesión para mí, todo debido a una vieja promesa que no quería dejar de cumplir. Salí de allí aún jadeando, no podía quedarme más, ya el tiempo se me echaba encima, aparte de que estaba exprimida como un limón.

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